Me quedo con uno de los episodios de la historia de Buenaventura Durruti que conecta perfectamente con la actualidad: el atraco al Banco de España que perpretó con el grupo "Los Solidarios". Hoy mismo se publica la noticia del juicio a Erika B., "la Robin Hood" de los bancos o de las finanzas, una mujer de 62 años, empleada de un banco de Bonn que, durante años, ha transferido dinero de las cuentas de los clientes más ricos a las cuentas de los más necesitados. En total, hizo 117 transferencias por valor de 7,3 millones de euros. A la mujer la despidieron, pero el juez la ha perdonado, dado que jamás robó un céntimo para si misma, confesó en cuanto la descubrieron y se ha ofrecido a cubrir en lo posible, con su modesta pensión, el agujero de millón y medio de dólares dejado en el banco.
Y bien, si esta mujer no es una auténtica heroína... os recuerdo algunos datos publicados este fin de semana en distintos medios: en plena crisis, la banca ha encarecido los préstamos, recortado su importe y subido las garantías; la falta de préstamos asfixia a miles de empresas y retrasa la salida de la recesión; el impago por error de 84 euros convirtió a un yesista en un moroso; las líneas del ICO (Instituto de Crédito Oficial: dinero que el Gobierno da a los bancos para que éstos lo presten a sus clientes) sólo han llegado a un 7% de los microempresarios; ocho de cada diez autónomos siguen con problemas para financiarse; entre enero y septiembre de este año, 1.826 empresas han presentado expedientes de regulación de empleo alegando problemas de tesorería o financiación, mientras el crédito de los bancos a las empresas caían en picado; en febrero, el crédito para vivienda llegó a situarse un 40% por debajo respecto al año anterior...
Todo esto por no hablar de Goldman Sachs, el banco que nombra a los ministros de Economía de Estados Unidos; que, en plena crisis, ha cuadriplicado sus beneficios y utilizado el dinero público para aumentar los sueldos de sus directivos, y cuyo presidente, Lloyd Blankfein, afirma que los banqueros hace en trabajo de dios (traduzco al latín: opus dei) en la tierra. Voy a incluir su fotografía por si queréis recortarla y utilizarla como diana para arrojar zapatos.
Es lo terrible de esta crisis: que quienes la han creado están saliendo reforzados de la crisis (en dinero y poder), dejando por el camino a los de siempre: millones de muertos por hambre en los países pobres, y miles de nuevos parados en los países ricos. En definitiva, las esperanzas que en principio se apuntaron (yo, con mi inveterada credulidad, así lo creí) de que la crisis provocara un cambio profundo en el sistema económico profundamente injusto del mundo, restando poder a las fuerzas oscuras de los banqueros y gigantes empresariales y dándoselo a los representantes democráticos (nacionalización de bancos, cortapisas a los nuevos productos financieros, cierre de paraísos fiscales...) no sólo no se han cumplido, sino todo lo contrario.
Quizá Durruti esté algo solo en su monumento. Hagamos también un monumento a Erika B. y, ¡por qué no!, a los grandes y envidiados atracadores de bancos de la historia: El Solitario, Bonnie and Clyde...
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