Oigo el anuncio de un "campiunatu" de bandas de gaitas que convoca el inefable concejal leonesista Abel Pardo, concejal de "incultura leonesa" o de "incultura general", si se juzga por el contenido de su magna obra: la polémica Llionpedia.
El campeonato me recuerda el primer escándalo en la gestión de este tipo (aunque su repercusión fue, en mi opinión, demasiado llimitada) al decidir, de forma totalmente arbitraria, que la dulzaina que todos los leoneses y nuestros progenitores hemos oído en cualquier fiesta popular acompañada del tamboril, es un instrumento castellano, en tanto que la gaita es leonesa, de modo que suprimió los cursos de dulzaina de la Escuela Municipal de Música para sustituirlos por los de gaita.
Esa forma chusca de tocarnos la gaita a los leoneses no fue sino la confirmación de la sospecha de que la pretensión de este personaje al crear la Concejalía de Cultura leonesa era, en realidad, la de crear la propia cultura leonesa, inventársela cual padre de la nación leonesa, que es, seguramente, el título que persigue.
Después vino la obsesión por difundir el "lliunés", lengua que, en buena parte, también se han inventado él y sus amigos, para culminar en la Llionpedia, un instrumento para difundir la lengua leonesa y, de paso, la ideología nazi.
Me fascina esta relación, pero no me sorprende. Recuerdo cuando la izquierda se definía como "internacionalista", un concepto que era algo así como la versión laica de la fraternidad universal, mientras la derecha era nacionalista, ultranacionalista o nacionalsocialista. En el fondo, creo que eso sigue siendo así. El nacionalismo es la exaltación de la diferencia (no el respeto), de lo particular, de lo propio, frente a todo lo demás.
Desde el respeto a todas las lenguas, como parte del patrimonio histórico y cultural (incluidas las extintas, como el latín, el griego clásico o el romance), es obvio que la lengua no tiene otro sentido que facilitar la comunicación y, por ende, me resulta absurdo que se promueva una lengua local que ya nadie utiliza, que no ha legado literatura escrita y que, en el mejor de los casos, serviría para una comunicación más que limitada, porque nadie la estudiaría fuera de León.
Detesto las exaltaciones tanto como valoro el respeto; es la diferencia entre que a una le gusten las palabras y expresiones locales (mi madre utiliza muchas y son fascinantes por lo onomatopéyicas que resultan: estrascamundiao, por ejemplo, no me digáis que no es precioso pare describir algo lejano o perdido) y que se empeñe en resucitar a un muerto sólo porque es nuestro; o que a una le guste la música de gaita (sobre todo si es mi hermano el que la toca) y que la promueva como algo valioso sólo porque es, presuntamente, algo propio, frente a otro instrumento presuntamente ajeno.
Pero lo que más me alucina es estos momentos es que ese peligroso concejal, que ya ni siquiera es apoyado por su partido, siga contando con el apoyo del alcalde, supuestamente socialista.
¡C
E
S
E
Y
A!
Dieciocho años de escritura en este blog, La Acequia.
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El 11 de octubre de 2006, publicaba mi primera entrada en este blog. Los
números son los que son: 4.342 entradas publicadas, la mayor parte con
imágen...
Hace 5 semanas
De cuantas ideas ha concebido el ser humano para llenar el vacío de la existencia, el nacionalismo es probablemente la más estúpida; la más estúpida y la más peligrosa. Pero veo que te tomas este tipo de cosas demasiado en serio. Esta clase de individuos dan para hacer muchas risas. Por lo demás me da la impresión de que en todas partes cuecen habas. Hace tiempo que yo llegué a la conclusión de que si los burgaleses fuesen negros votarían siempre al Ku-Klux-Klan, y parece que en León andáis por el estilo. Un abrazo
ResponderEliminarAbel Pardo y sus "entendimientos" o interpretaciones de lo leonés, lo castellano, lo nazi o cualquier otra cosa no merecen la más mínima reflexión. Creo sinceramente que no tendrán ningún eco en la sociedad leonesa (yo mismo nunca oí hablar de la dichosa lliompedia hasta la semana pasada...).
ResponderEliminarDiscrepo sin embargo de varias de las opiniones de la segunda parte del post; creo en el sentimiento del arraigo y valoro con fascinación el legado de los abuelos.
Creo que una parte de mi responde a un componente telúrico. La forma de mi cuerpo, mis enfermedades, mis gustos, mis modos y maneras, incluso mi estructura de pensamiento, en un gran porcentaje nacen del entorno inmediato.
Creo que tenemos el deber y la obligación de documentar y proteger el legado cultural que nos ha sido entregado.
A la vez me doy cuenta que ese sentimiento es común para todos en parecida escala y proporción.
Se trata incluso de un sentimiento tan potente, que reiteradamente ha sido explotado por políticos, jefes de tribu y otras hierbas, para justificar las mayores barbaridades y aberraciones.
Debemos aprender de esos monumentales errores cometidos, pero no nos confundamos; se trata de un sentimiento noble, el truco es hacerlo compatible con el debido respeto al prójimo.
Un saludo
Hola Esther,
ResponderEliminarestoy leyendo tu blog y me gustan tus reflexiones llenas de sentido común. Lo seguiré de vez en cuando e igual haré algún comentario. Por ahora simplemente un abrazo,
Lioba (Madrid/Oviedo)
La última es fantástica. El fiscal no admite la querella contra Pardo por una sentencia anterior que señala que, en España, la apología del nazismo no es delito. Vale. Que no sea delito, creo yo, no significa que no sea inadmisible en un concejal. Pero esa decisión ha servido para que el alcalde se lave las manos respecto a su cese, para que los responsables de UPL se autoinmolen paralizando el proceso de expulsión, y entonces... ¿en qué ha quedado la cosa? Pues Pardo ha hecho una rueda de prensa para decir que ya se va a castigar él solo y el castigo consistirá en una semana de retiro, mientras el Ayuntamiento ultima su informe sobre el caso.
ResponderEliminar¿Por qué le tienen miedo?
ResponderEliminarSí, es verdad que el entorno inmediato es una influencia poderosa en la propia personalidad y, por tanto, parte de uno mismo. Desde luego que lo respeto, pero no lo exalto. Entre otras cosas porque ese entorno es demasiado difuso. Muchas cosas propias no lo son, sino que provienen de otros lugares, otras culturas (la mayor parte de la tradición oral, por ejemplo, o el propio lenguaje, las matemáticas... ¡qué sé yo!) y otras, que parecen originales, responden a ideas compartidas por personas absultamente ajenas (prácticamente en cualquier lugar del mundo oyes leyendas similares y muy parecidos). Creo que es más lo que nos une como especie que lo que nos diferencia y esto último debe ser preservado, sí, y valorado, pero sin perder de vista su carácter más anecdótico que sustacial.
ResponderEliminar"El nacionalismo es la exaltación de la diferencia (no el respeto), de lo particular, de lo propio, frente a todo lo demás" ¡Qué magnífica definición de nacionalismo! Sólo falta añadir un poco de "enemigo extranjero e invasor" y para el diccionario de la RAE.
ResponderEliminarEstoy alucinando, ¿realmente en una página web administrada por un político que ostenta un cargo de Concejal utilizando medios y personal funcionario del ayuntamiento se pueden hacer publicaciones como la de la fotografía que muestras y que no pase nada?
ResponderEliminarEstos jueces no se de qué van, qué barbaridad!
Con respecto al alcalde no esperemos mucho más, siempre hace lo contrario de lo que debe, así que Caín seguirá hasta que lo quitemos los leoneses con nuestros votos.
¡Albricias! El alcalde ha cesado a Abel Pardo. Quede constancia.
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