Conozco gente que simpatiza con Vox y se define como de izquierda. Según los especialistas (Mudde, Falter, Shumann, Stanley, Eco…) hay muchas características que definen la extrema derecha, pero se pueden resumir en cinco: nacionalismo, racismo, xenofobia, anti democracia y un Estado fuerte. ¿Cumple Vox estas características? Vayamos a las fuentes –como decimos los periodistas-, es decir, el ideario aprobado y publicado por Vox (“Cien medidas para la España Viva”) y las declaraciones de sus líderes.
Las diez grandes medidas que propone Vox son: acabar con el
Estado de las Autonomías, derogar la Ley de Memoria Histórica, endurecer las
penas a cualquier persona u ONG que ayude a los inmigrantes, cerrar todas las
mezquitas, levantar un muro en Ceuta y Melilla, suprimir de la Sanidad pública
las operaciones de cambio de sexo y aborto; eliminar de la Sanidad gratuita a
los inmigrantes ilegales; establecer la autorización de padres y madres para
charlas que impliquen valores éticos y sexuales; derogar la Ley de Violencia de
Género y sustituirla por otra de violencia intrafamiliar, eliminar las
asociaciones feministas y acabar con las subvenciones a partidos y sindicatos.
Añadiría, de su programa electoral, defender la soberanía nacional de cada
Estado de la Unión Europea por encima de las leyes comunitarias.
Si vamos a las declaraciones, no terminaríamos nunca: “la
invasión migratoria” (sólo si viene del Sur), “la traición de Cataluña”, “el
revanchismo histórico”, “el Estado de las Autonomías se aleja del proyecto
común de España”, los impuestos (¡claro!),“los okupas impulsados por los
progres y podemitas”, la relación del aumento de la inmigración con el de “las
violaciones en manada”, la “avalancha de violaciones fomentada por el feminismo
al callarse las violaciones por parte de extranjeros”, “nuestras abuelas no
pueden caminar por la calle sin que un delincuente, que mayoritariamente suele
ser extranjero, le tire del bolso”, las feministas son “una amenaza a la vida”
por su reivindicación del derecho de las mujeres a decir sobre sus cuerpos y “un
colectivo que solo busca enriquecerse a través de causas inexistentes”. El
colectivo LGTBI se basa en “ideologías totalitarias y anticientíficas”… Todo
ello sustentado en, por una parte, noticias tendenciosas (como señalar el
origen de los delincuentes sólo si son extranjeros) y un sinnúmero de bulos (como
que los menores extranjeros no acompañados reciben 664 euros y cobran más que
una viuda y un larguísimo etcétera que recomiendo contrastar en la web https://maldita.es/ o cualquier otra).
¿Cumple Vox las características de la extrema derecha? Pero, además, cumple al dedillo las del populismo: importancia de lo mítico, líder carismático, culto a la tradición, reinvención del pasado para suscitar un sentimiento de nostalgia hacia los roles patriarcales, lenguaje bélico y emocional (la personificación de España, el lenguaje épico, la insistencia en las palabras miedo y enemigos…), utilización de las clases frustradas o descontentas para hacerles sentir humillados, pensamiento único, descrédito de la educación, ataque a las instituciones públicas para reemplazarlas por otras afines, exaltación de la nación; consideración de la cultura, el pensamiento crítico y la diversidad de pensamiento como un ataque a los valores tradicionales y, por el contrario, exaltación de lo rural como reserva de esos valores; infundir el miedo al diferente con un discurso de “Nosotros y Ellos”... Umberto Eco, el autor en el que me estoy basando aquí (muy recomendable, junto a otras, su obra “Cinco estudios morales”), señala que en este punto es importante identificar al Nosotros con la cultura del esfuerzo que permite progresar y al Ellos con vagos y pobres que sólo quieren vivir de las ayudas del Estado, de modo que se justifiquen las jerarquías sociales y el hecho de que las minorías estén en lo más bajo. Por último, habla de las teorías conspiratorias y la creencia de que existe un complot contra la patria.
Otro experto, Jason Stanley, en su estudio sobre el
fascismo, añade, entre otras cosas, que las razas distintas a la blanca, los homosexuales, los
inmigrantes, los “cosmopolitas decadentes” o los que no practican la religión
dominante, por su mera existencia, atentan contra el orden público. “En el proyecto fascista se combina la
ansiedad que provoca la pérdida del estatus de los miembros de la verdadera
nación con el miedo que despierta que se reconozca la igualdad de las minorías
odiadas” Además, se hace uso del victimismo
como fundamento para ahondar la desigualdad: “El fascismo manipula esta
sensación de pérdida –que es auténtica- y la transforma en una queja victimista
para justificar tanto las nuevas formas de opresión como las presentes o
anteriores”.
Bueno, no voy a extenderme más, pero por si no queda probado que Vox es un partido de extrema derecha, populista y fascista, añado una tabla elaborada por la periodista Belén Sumba.
A mí no me cabe duda
de que la nueva ultraderecha que ha surgido en el contexto de la crisis, con su
exaltación de una identidad nacional supuestamente amenazada por el proceso de
mundialización de la cultura y la economía, es una ideología que parte, como la
vieja ultraderecha, de la frustración, el odio y la falta de ética, enriquecida
en España con los fascistas todavía con el recuerdo de Franco y quienes buscan
una nueva ideología a la que agarrarse que les plantee soluciones fáciles.
Nueva o vieja, el efecto es el mismo: pudrir las mentes y el futuro.