Hoy, Viernes Santo, me parece la fecha idónea para pedir el procesamiento del Papa Joseph Alois Ratzinger por encubrimiento del delito de pederastia, así como de cuantos cardenales y curas en general han participado en el mismo, además, por supuesto, de a los propios pederastas. No puede ser que quienes aplican las leyes terrenales permitan que alguien se autoexcluya de ellas, sometiéndose únicamente a las leyes divinas que él mismo crea. No puede ser que se permita una campaña tras otra en defensa de los fetos a los mismos que cometen u ocultan abusos sexuales a los niños y niñas. No puede ser que se consienta la impunidad de alguien sólo por ser el líder de una confesión religiosa. Ni es posible que se sigan concediendo a la Iglesia privilegios en materia de ¡educación!, materia en la que su voz es tenida en cuenta a la hora de mantener la asignatura de Religión en los colegios públicos, de recibir ayudas estatales en los privados o de consentir, además, el pago "voluntario" de los padres cada mes.
Me parece igualmente escandalosa la actitud hipócrita de la mayoría de los católicos, a muchos de los cuales les oigo, un día sí y otro también, quejarse de la supuesta crisis de la familia que provocan las leyes progresistas del Gobierno y de la supuesta (y falsa) inseguridad que acosa a sus hijos por culpa de los inmigrantes o de leyes relajadas respecto a la delincuencia; sin embargo, no alzan la voz ni se movilizan a la hora de protestar por la inseguridad real de sus hijos en las catequesis, seminarios o internados religiosos, a pesar de que, en muchas ocasiones, ellos mismos han sufrido o sido testigos de, como poco, malas experiencias con curas en su niñez.
Por contra, hemos de soportar la reacción feroz de los lobbys católicos mostrando a la Iglesia como víctima, en lugar de verdugo, y su creciente influencia en todas las instituciones, empezando por las europeas, donde ejercen de auténtica mafia (no hay más que ver la página web en la que valoran a los eurodiputados en función de su defensa o ataque a la Iglesia católica y ejercen una auténtica presión política utilizando sus actuaciones privadas).
Da la impresión de que, en el inconsciente colectivo eclesial aún pervive el poder omnímodo que ejerció durante siglos y que, en el de la ciudadanía, pervive aún el miedo al fuego... ya sea el del infierno o el de la Inquisición.
Dieciocho años de escritura en este blog, La Acequia.
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El 11 de octubre de 2006, publicaba mi primera entrada en este blog. Los
números son los que son: 4.342 entradas publicadas, la mayor parte con
imágen...
Hace 1 mes
No hay cosa que más me emocione que observar a las personas en el ejercicio de sus libertades. Y el que más me emociona de todos es el de la libertad de expresión
ResponderEliminarLa iglesia católica (imagino que todas las iglesias en general), siempre ha utilizado el miedo y el terror a una "tortura infinita" para someter a sus fieles.
ResponderEliminarDesde los chamanes de las religiones animistas hasta los papas, rabinos, imanes etc.., inventados por los "tinglados" de las religiones más evolucionadas, la recurrencia es darse a si mismos la capacidad de decirnos a todos lo que está bien y lo que está mal, eso si... saliéndose ellos y sus amigos de la ecuación.
¡Cuantas barbaridades!, ¡cuanta mentira!, ¡cuanto cinismo!.
Ahora (aunque no tiene ni puñetera gracia), descubrimos que muchos de estos dueños y señores de la moral, cuando nadie les ve y como aquel pastor, se esconden entre matojos y se "endiñan" a los miembros de su rebaño a lo "padre padrone", dibujando una de las escenas más deleznables de la condición humana...
Joseph Alois Ratzinger es el máximo responsable y debe ser juzgado sin duda, y tras el todos los "obispones" sea cual sea su confesión, que han torturado y torturan a la humanidad de la forma más mezquina...