lunes, 9 de noviembre de 2009

A modo de significativo anecdotario

Comentarios que espontáneos paseantes desconocidos, con aspecto inocente, me han hecho cuando han tropezado conmigo y con alguna de mis hijas de raza hindú.


- No tiene la piel muy oscura. De todos modos, no se preocupe, que seguro que se le va aclarando más.
- Me parece muy bien traerlos así, pequeñitos, porque luego vienen cuando son mayores y sólo vienen a robar y a matar.
- ¿Es su hija o es adoptada?
- Lo malo de los indios es que pueden parecer gitanos.
- Se ve que usted pudo elegir, porque se ha traído una con la piel bastante clara; yo las he vista casi negras.









6 comentarios:

  1. La evidente relación -directamente proporcional, la llamaría un matemático- entre el Fenómeno derechizantemente preocupante para nuestra libertad, al que te referías en tu entrada de Sor-Verónica y Des-Esperanza, y las significativas anécdotas de esta entrada....hace temblar.

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  2. Cuanto queda aún por hacer, seguro que si a cada una de esas personas les hubieras preguntado si se consideraban racistas te hubieran contestado tranquilamente que no, eso es lo preocupante que uno mismo no sea consciente del germen que encierran estas palabras, la verdad, da miedo, parece que se ha avanzado mucho y de repente te das contra este muro.

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  3. Cierto. A eso me refería con lo de personas aparentemente "inocentes", a que nadie vería en ellas, a primera vista, a una persona racista, seguramente ni ellas mismas se definirían así. Sin embargo, se traicionan incluso cuando sólo pretenden ser amables. Te hace pensar en esos buenos vecinos (bosnios y serbios, por ejemplo) que, en un momento dado, se tratan como enemigos.

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  4. Recuerdo que en mis primeros días, mi sensación de extrañamiento fue brutal, la tristeza agobiante, y sólo empezó a aliviarse cuando recordé que: "Hay otros mundos, pero están en este". Desde ese momento no he vuelto a extrañar nunca, a indignarme, constantemente.

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  5. Cuando mi hijo Aníbal era pequeño y bajábamos en verano a Almería, los naturales del lugar le decían: "Vaya ohos tié el chiquiyo, si parecen pel-las del Guadalquiví..." Yo al principio no entendía; luego me enteré de que por allí a las aceitunas negras gordas las llaman Perlas del Guadalquivir. Si hacemos un concurso de ojos negros te apuesto lo que quieras a que mi hijo da sopas con onda a las tuyas.

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  6. Al contrario que los españoles de origen, que ni roban, ni matan, ni son de piel morena, ni parecen gitanos, etc, etc, etc... Lo que hay que oír! Si alguien es ario puro, serán ellas! A estas alturas, me gustaría más que España y los españoles tuviesen algo más de inteligencia en el ambiente.

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